sábado, 29 de mayo de 2010

De como conoci de cerca a Joaquin Sabina



Pongamos que hablo de Joaquin......

Fue una de esas noches de invierno en lima de las cuales todos sabemos que lo que nunca falta es sentir la humedad y ver la neblina empapando las lunas de los coches que recorren la ciudad y el frio que se cuela hasta en los dedos de los pies, era asi una de esas noches en la que tuve la oportunidad de estar a menos de medio metro de Joaquin Sabina, uno de mis cantautores favoritos y especiales diria yo, como esos objetos que atezoramos con cariño y admiracion casi siempre guardandolo para que no se estropeen y volviendo a ellos cada vez que uno sienta la necesidad.
En este caso era lo mismo siendo la unica diferencia que tenia de él sus canciones, su prosa, su poesia, sus videos, y las entrevistas que ofrecia siempre en cada medio escrito, pero nunca se me cruzo por la cabeza que lo tendria al tio, al flaco de Ubeda, a Joaquin Sabina delante mio asi tan cerca como cuando salgo de compras y me topo con algun conocido tan cerca que ya me parece habitual.
Sabiendo de su concierto que ofrecia en lima por esos dias y teniendo de antemano las entradas en mi bolsillo como un tesoro que no se quiere perder, da la casualidad que un día como cualquier otro estaba cerca de una televisora local y ese paso fue casual ya que no suelo pasar por esa zona ni ese lugar en especial por ningun motivo.
Pasando con el frio como acompañante por la puerta principal de la televisora tuve la sorpresa de ver justo en ese instante estacionarse una camioneta y un auto particular sin darle mayor importancia a ello, pero fue mi lentitud por aquel portal el que me hizo notar algo raro en ese estacionar de vehiculos los cuales pasandome de largo tuve la curiosidad de voltear y ver como bajaban de ahi una mujer y tres tipos siendo uno de ellos Joaquin Sabina y entrando raudamente a la casa televisora, siendo mi primera impresion algo asi como cuando te chocas contra una puerta de vidrio y te quedas parado preguntandote que fue lo que paso? mi suponer era entonces que en ese instante daria una entrevista y si habia entrado en ese instante deberia de salir por el mismo lugar. Apresurandome como corredor de olimpiadas frustado, llege con el cansancio entre la ropa a mi casa y siendo mas rapido que una tortuga, apresure y coji en un instante el pequeño libro de sonetos de Joaquin Sabina que me habian obsequiado. Apresurandome otra vez hacer la misma travesia de volver hacia la televisora que tenia dentro de ella al cantautor que tanto habia escuchado y me habia hecho reflexionar muchas veces, haciendome ver cosas de la vida que nunca supe interrogar. Mi maratonico regreso fue tan apresurado que ni siquiera ya el frio entumecia mis piernas y mi yo estaba caluroso como si por un instante el verano mismo hubiese llegado de golpe, esperando la salida de Joaquin no tuve más remedio que estar parado a un costado mirando mi reloj impacientemente cuando de pronto vi a otras personas que como yo se acercaban para el mismo proposito, ciertamente me decia a mi mismo como hare para esquivar a esta multitud enfervorizada que a penas vea las botas de Joaquin querran como a de lugar apoderarse de ellas, entonces no tuve mas remedio que ubicarme sigilosamente en la entrada misma al costado de los vigilantes y poner mi gesto de pocos amigos y malas ganas.
Si mas no recuerdo estuve ahi por un tiempo de media hora hasta que se notaba ya un movimiento extraño dentro del recinto televisivo, atrayendo ello la atención de las personas que estabamos ahi y que no llegabamos a mas de diez, creo que fue una suerte de uno en mil la de estar ese día reunidos para ver de cerca al flaco, alistando las camaras los libros, revistas, discos, vinilos, fotos, poster, periodicos, recortes, todo lo que tenga el sentir de sabina estaba en ese instante reunido en las manos de sus fieles admiradores, !por que eso sí! nosotros si eramos admiradores no simples fans que solo buscan el momento y quiza enloquecen por querer ver el peinado de moda que trae su idolo, nosotros solo queriamos por un instante ver al poeta, simplemente era eso verlo sin mas, y que nos obsequie una foto y una firma de su puño y letra.
Apenas vimos que los agentes de seguridad se apresuraban por abrir la puerta toda la multitud que apenas llegaba a un numero pequeño de dos digitos parecia convertirse en ese instante en una aglomeracion de masas, empujando y empuñando sus camaras minusculas pero poderosas en poder fotografiar para la historia a Joaquin Sabina, al ver a los admiradores esperandolo y acercandose hacia nosotros (queremos creer eso) aunque en verdad se estaba dirigiendo hacia su coche, no tuvo mejor gesto posible que detenerse por unos minutos y autografiar uno por uno todo el producto que su nombre traia consigo, empuñando su mano y autografiandolos, su abrigo de pie a cabeza, sus botas negras no hacia más que darle un toque de misterio a ese hombre que por años nos cautivo con sus musica, tenerlo tan cerca en verdad deja a uno en estado de shock sin poder creerlo aunque en ese instante solo se piensa en sacar fotos y acercase lo más posible , para luego cuando él ya estando como a diez cuadras en su auto, lejoz de nosotros recien poder darnos cuenta que por un segundo los sueños se pueden convertir en realidad.

Ricardo Rosales V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario